sábado, 14 de junio de 2008

Las verdades verdaderas



En estos tiempos de avalancha de información y, sobre todo, de desinformación es difícil saber dónde está la Verdad.
Difícil para los sabios o los que aspiran a la sabiduría, aquellos que piensan, analizan, separando el grano de la paja, contrastando lo que dice este con lo que dijo aquel, o con lo que dijo en otro lugar, en otra ocasión...
Los más simples o más conformistas la encuentran por todas partes. Salen a vendérsela miles de vendedores de humo en forma de periodistas sin escrúpulos, predicadores de diversos colores, vendedores (sales engeneers les llaman), opinólogos y, por supuesto, políticos. No me refiero a estadistas, políticos de verdad, sino a estos mindundis que calientan asientos oficiales (o aspiran a calentarlos) sin más mérito que seguir las consignas del líder indiscutible y no ser demasiado escandalosos en sus trapicheos.
Vivimos rodeados de poseedores de la verdad absoluta dispuestos a darnos soluciones para tranquilizar nuestras conciencias, siempre que no seamos demasiado exquisitos y tengamos buenas tragaderas mentales.
Corren buenos tiempos para consumidores de verdades: sólo hay que elegir las verdades que más nos atraigan y hacerlas nuestras. El precio que hemos de pagar es dejar de pensar por nosotros mismos y comprometernos en la defensa de "nuestras" verdades. A sangre y fuego, caiga quien caiga, no demos tregua al enemigo deseoso de atacarnos con la sombra de la duda. No escuchemos sus radios ponzoñosas, no leamos sus periódicos infectos, no naveguemos por sus webs, no entremos en sus blogs si no es para dejar comentarios que denuncien su abyección y la falsedad de sus postulados.
Así todos dormiremos tranquilos, con nuestras verdades y nuestras certezas. No te preocupes, el "padre" te dirá qué hacer para salvarte, el partido te dirá lo que has de votar, lo que has de defender, cuando levantarte y cuando arrodillarte y mira como luce el emperador con su nuevo traje (rosa).
Lástima que algunos no sirvamos para ese juego. Que nos esforcemos por distinguir las verdades verdaderas las diga quién las diga y convenga o no. Lo llevamos claro, compañeros. Nos van a llover las hostias.
¿Y por qué? Yo no soy tu enemigo, tu enemigo es aquel.
"¡Qué dices, majadero! Tú eres mil veces peor. Aquel sólo es un pobre diablo que ha elegido la verdad equivocada. Mañana puede caer del caballo y tendré uno más en mi tropa, más fiel y combativo que los demás, porque ha de lavar sus errores de juventud y demostrar su fidelidad.
Pero tú, no. Tú eres el mayor peligro, porque sólo destruyes con tu crítica. Tú no sustituyes una certeza por otra. Quieres condenarnos a la duda eterna, a la incertidumbre, a que mañana los míos se revelen contra mí si les defraudo. Pactaré con mi enemigo habitual para aniquilarte a tí, traidor, desleal"
Ya lo dijo Georges Brassens, ¿qué esperabas, chaval?

4 comentarios:

Andaluz dijo...

buenas canciones, aunque meta la pata Sabina algunas veces que entra en política por las formas, es un auténtico poeta de la calle y dice grandes verdades, verdades que no tienen réplica, que buena la letra de la canción. De la otra canción me queda con la frase:"es pecado no seguir al abanderado".

Unknown dijo...

Amigo, ¡rápido!. Destruye tu diario y sal corriendo que no hay peor delito que puedas cometer hoy en dia que el crimental.

Unknown dijo...

1.984
George Orwell

Un buen libro

La historia se desarrolla en el superestado de Oceanía, que está gobernado por el Ingsoc, un Partido que ejerce una dictadura totalitaria y cuyo máximo representante es el Gran Hermano. En esta sociedad existen tres clases jerarquizadas de la siguiente manera: el Partido Interior, el Partido Exterior y los proles.

Winston es un hombre de unos 39 años que trabaja en el Departamento de Registro ocupándose de modificar noticias que dejasen en evidencia al Partido para introducir otras que lo vanagloriasen. Cansado de su trabajo y de su vida monótona empieza a desconfiar del Partido y del Gran Hermano pensando que algunos miembros del partido unicamente pertenecían al mismo para mantener el poder. A partir de este momento Winston empieza a delinquir.

Lo primero que hace es comprar un diario en un barrio proletario -algo totalmente prohibido para un miembro del Ingsoc-. En él, Winston comienza a escribir sus ideas de forma confusa, desahogándose de la presión ejercida por la continua vigilancia del Partido.

Una día en el trabajo se cruza con un miembro del Partido Interior llamado O' Brien el cual lo mira de tal forma que Winston comienza a pensar que comparte sus ideas acerca del Partido.

Más tarde en una de sus visitas al barrio proletario nota que una joven lo sigue. La joven, que se llamaba Julia, le confiesa su amor y raiz de ahí, Winston se enamora conociéndola más a fondo y dándose cuenta de que ella también está contra el Partido.

El señor Charrington, el hombre que le vendió el diario, alquila a Winston una habitación en su tienda donde puede reunirse con Julia a espaldas de la vigilancia del Partido para charlar, hacer el amor, etc,.

Un día la pareja decide visitar a O'Brien para que les informe de cómo luchar contra el Partido. Éste les habla de la Hermandad y les ayuda a conseguir el libro de Goldstein -mayor traidor del Partido -.

Una vez con el libro, la pareja acude a la habitación del señor Charrington para leerlo pero allí son atacados por la Policía del Pensamiento ya que el dueño de la tienda era una espía del Partido y los había delatado.

Los llevan al Ministerio del Amor, donde son sometidos a continuas torturas hasta que confiesan todos sus crímenes, traicionan a sus seres queridos y tras un doloroso y continuo tratamiento de reforma acaban amando al Gran Hermano.

Unknown dijo...

Lo primero que me llama la atención al leer el libro es el problema del individuo contra el sistema, Winston Smith está totalmente en contra de él, en contra del partido y en contra del Gran Hermano, pero si ir en contra del sistema en una sociedad actual ya tiene dificultades en la sociedad de 1984, donde no hay (a primera vista) gente contra el sistema, hace que el individuo se sienta impotente y desamparado, en el caso de Winston incluso se llegaba a creer que estaba loco. Todo esto viene dado por la coacción de libertad que el partido hace a la población. Si analizamos y comparamos con la sociedad actual vemos que la sociedad de 1984 estaba falta de libertades, esto lo sabía Winston, pero, si era el único que así pensaba ¿Cómo iba a luchar contra todo un sistema si ni siquiera sabía si lo que estaba diciendo estaba dentro de la cordura o no? Winston podía recordar algo de su pasado, de una sociedad sin menos restricciones, pero si el partido tenía controlado todos los documentos sobre el pasado, los que no eliminados, modificados, tampoco tenía pruebas objetivas sobre esto.

La libertad es algo que le viene dado a uno por sí mismo, pero en 1984, la libertad venía dada por el partido, por lo menos, pensaba Winston, nunca se podría dar negar lo evidente. “La libertad es poder decir que dos y dos son cuatro. Si se concede esto lo demás vendrá dado por si solo” escribe Winston en su diario, luego el partido le demostraría que dos y dos también podían ser cinco, pero mediante la tortura y el dolor. Con lo cual nos hace preguntar ¿Se puede realmente eliminar la libertad? Winston terminó diciendo que dos y dos eran cinco, pero no porque le torturasen y quisiera librarse del dolor, él lo creía firmemente, a él se le había quitado la libertad desde su punto de vista, pero para el punto de vista del partido se la había dado, porque realmente, ¿Quién nos dice que en verdad 2 y 2 son 4? No es más que un axioma, un concepto que puede ser cambiado si todo el mundo cree firmemente que 2 y 2 son 5. Por lo tanto llegamos a la conclusión de que la libertad como tal no existe por sí sola sino que tiene que venir dada por un factor que la considere o no libertad.

Otro punto del libro que esta muy relacionado con la libertad es la verdad, del mismo modo que la libertad viene dada por el partido, también viene dada la verdad, la única verdad que existía en aquella sociedad era la del Gran Hermano, antes del Gran Hermano no había nada, es más el Gran Hermano había existido siempre, Winston recordaba un pasado diferente, otra verdad, pero todos los documentos de este pasado habían sido destruidos y en su lugar había sido puesta la verdad del Gran Hermano, así le hacían plantearse las mismas preguntas una y otra vez, ¿Tendría él la razón o estaba realmente loco? ¿Era lo que estaba viviendo la única verdad o se podía cambiar? Winston por mucho que se esforzaba investigando sobre el pasado no conseguía sacar nada en claro y seguía pensando que estaba loco. Curiosamente, la búsqueda de la verdad podría haberla encontrado en su propio trabajo, según el propio Winston una de sus mayores aficiones era el trabajo, pero su trabajo consistía en eliminar la verdad que había antes y cambiarla por la verdad del partido, esta pequeña incongruencia constata el poder mental que tenía el partido sobre todo el mundo. La diferencia que hay entre esta búsqueda de la libertad y de la verdad es que la verdad sí existe por si sola, vendrá dada por un factor que la alterará o que la convertirá en algo falso, algo que no es verdad. Esto supondría una pequeña debilidad del partido, el partido falsificaba, creaba y destruía documentos para hacer su verdad, pero esa verdad, aunque fuese válida para todo el mundo, no sería la verdad. Por lo tanto podríamos llegar a la conclusión de que la verdad existe, pero permanece en muchos casos oculta por otra pseudo-verdad, es decir, algo que todos creemos pero no constituye la verdad en el amplio sentido de la palabra.

LA GUERRA ES LA PAZ

LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD

LA IGNORANCIA ES LA FUERZA